En Paraguay, la tala de árboles es el método más común para obtener mayores áreas de cultivo y pastoreo, una práctica que ha golpeado a uno de los ecosistemas más emblemáticos de este país: el Bosque Atlántico, con una deforestación de 266 mil hectáreas por año, es decir, se pierden dos árboles cada segundo.
La organización After Vida hace referencia a que el uso del suelo para el monocultivo deteriora los recursos naturales como el agua, el suelo, los bosques, la biodiversidad, ademas de contaminar el ambiente con plaguicidas y la contaminación genética de variedades locales por la presencia de cultivos transgénicos.
La redistribución social de los ingresos es muy baja, el modelo ocupa poca mano de obra y el beneficio económico queda en pocas manos, por otro lado, ocasiona la migración forzada de comunidades que son rodeadas por cultivos mecanizados con alta utilización de insumos químicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario